Fue motivo de alegría enterarme de que el 13 de octubre inauguraba el
artista plástico, y amigo, Vicente Cúneo, en la Casa de la Cultura Museo
Quirós. Es saludable que un hijo de la ciudad/río sea bien recibido en casa. Es
saludable, además, que en casa se reconozca el trabajo a conciencia de uno de
sus artistas destacados. Aceptar el convite de la damisela arisca del arte,
lleva una vida, y en ese mientras tanto no hay diploma que sentencie la suerte
de lo seguro; en este caso, Vicente fue de cara al viento Entre Colores y
Trazos (así se titula esta muestra) y asumió el riesgo, y entonces este hombre
salió triunfante, fue fiel a ideas y sentires, y luego fue, siguió siendo, un hombre
simple que pinta -lo intenta cada vez- su aldea y su gente.
Pensé: Vicente Cúneo vuelve al Quirós, pero por las dudas, pregunté qué le
significaba colgar una muestra en este espacio de Gualeguay: “No había tenido
la suerte de exhibir lo mío en el Museo Quirós. Es emocionante, un honor y una
responsabilidad muy grande. Agradezco profundamente a todos los que lo han
hecho realidad, desde el Intendente Municipal hasta el más humilde de los
empleados del municipio. Encontré la apertura, la amabilidad, la actitud que se
necesita para el logro, y destaco fundamentalmente a quien está al frente de la
institución: Néstor Medrano, quien junto a Maxi Crespo y a Nico Britos, todos
amigos, me facilitaron lo indispensable para estos casos. Opino, y sin temor a
equivocarme, que esta sala nuestra es uno de los pocos lugares de la provincia
tan adecuado, cómodo y espacioso, para exponer. Sé que Gualeguay cuenta con
varios lugares de prestigio, y eso conmueve; no desestimo ninguno, pero este
tiene un valor histórico enorme: nada más y nada menos que la herencia del
genial pintor gualeyo que trascendió al mundo”.
Consulto por la razón del título de la muestra: “Entre colores y trazos”:
“El título conforma la síntesis de la expresión que contienen aproximadamente
cuarenta cuadros. Mi existencia gira y gira entre la posibilidad de mezclar
colores y de extender trazos. El ‘entre’ me gustó como parte de ‘entrerrianía’
primero, y como invitación después, para quien observa: que ‘entre’ en mi mundo
que es el suyo; ofrezco la posibilidad de identificarnos, de encontrarnos, que
entre y transite los claroscuros, los matices, los trazos, las líneas, los
contrastes, los pasajes… Este conjunto de dibujos y pinturas de diversas épocas
busca recoger opiniones de la gente que se acerque deseosa de dar una mirada al
trabajo. Por eso celebro la ocasión que se da de presentar esta variada
producción artística. En cuanto a las obras hay variedad de técnicas en los
trabajos, unas recientes, de exploración de planteos visuales modernos, y otras
de décadas pasadas, recicladas o expuestas por primera vez”.
Influjo |
Luego de haber charlado bastante con Vicente sobre sus orígenes en la
plástica, su camino recorrido, sus maestros y amigos, destaco su amistad con la
palabra, es siempre un placer escucharlo. Quise saber de qué manera transita su
arte en la actualidad: “Debo definirlo como un momento de madurez, no solo por
la edad alcanzada, sino por la producción. Me doy cuenta de una marcada, clara
y concluyente definición en la temática que abordo con entusiasmo y que tiene
que ver con mi lugar. Mi existencia ha transcurrido en este entrañable
Gualeguay y su entorno provincial; de eso me nutro, de su paisaje, de su gente,
de estas aguas, verdores y cielos. Aquí están mis seres queridos, aquí me
sostuvieron y encaminaron mis ancestros, a ello me debo, y ojalá este humilde
mensaje que elaboro entre formas y colores pueda servir para devolver en parte
tanto de lo que me fue dado. Dentro de esta temática bien precisa entonces,
mientras Dios me de vida y salud, seguiré explorando, tratando de encontrar
para encontrarme; es decir, hurgar en las posibilidades que brinda el arte para
poder construir el mensaje, la expresión a compartir con mi gente. La plástica
es un medio de comunicación, de ella me valgo para decirle a los demás cuánto
me conmueve y obliga todo lo nuestro”.
Los changarines |
Pregunto al artista si tiene una receta en el momento de trabajar: “Receta,
fórmulas, modelos, en mi caso soy un convencido de que no van de la mano del
trabajo creativo que uno se propone. Las ansias, las ganas, el deseo de dibujar,
de pintar, que a veces obsesiona, comienza en una idea, y ese momento genera la
labor. Y sucede muchas veces que la libertad, la voluntad, el albedrío definen
un trabajo que nada tiene que ver con lo proyectado en un principio. Hasta los
materiales muchas veces se determinan ahí. Esto es lo lindo y también lo vivo,
la esencia, el núcleo de la cuestión. Marcarse estrictamente lo que uno va a
hacer es enfrascarse en una labor tediosa, pesada, casi aburrida. Está bueno ir
avanzando, concretando con lo que surja: pongo este color acá, le agrego esta
figura aquí, oscurezco esta parte, saco esto otro, lo completo ahí con… Lo
miro, lo vuelvo a mirar desde otro ángulo, lo dejo, lo retomo con nuevo
impulso, en fin, vas definiéndolo en ese único e irrepetible momento de tu
labor. Lo hablábamos mucho con Cachete González, Derlis Maddonni, Antonio
Castro. Me parece muy importante, muy significativo el sueño fugaz o
persistente, fruto de la observación y de la sensibilidad puestos de manifiesto
ante un tema cualquiera; responder a ello con un trabajo tenaz, constante, de
búsqueda insaciable, vendría a ser el motor que impulsa a andar caminos en lo
artístico. Por lo tanto, diría: no hay receta, hay trabajo y ojalá, como dijera
Pablo Picasso, la inspiración te sorprenda trabajando”. Queda claro, Vicente
hace de la libertad, precisamente, su receta, basada siempre en el encuentro
con sus almas.
Me digo: una sorpresa que esta sea la primera vez de Vicente en el
Quirós, y entonces, otra vez el apellido del maestro; pregunto: ¿qué me decís
de Quirós, “el pintor de los gauchos”?: “Me he introducido, toda vez que he
podido, en el enorme placer que me produce conocer la vida y la obra de Cesáreo
Bernaldo de Quirós, cómo no… e inevitablemente termino coincidiendo con los
expertos que señalan esta genial serie de los gauchos como el mayor exponente
artístico en toda su enorme producción. He ‘devorado’ bibliografía con avidez,
y su obra en vivo en el museo Pedro Martínez de Paraná. Mi padre me contaba,
hace ya tiempo, ante mi asombro, haberlo visto pintar en la estancia de
Médanos, El Palmar; haber visto esos incomparables personajes autóctonos que
abundaban en su época y que posaban para él. Es sin duda uno de mis pintores
preferidos, por su temática, ‘pinta tu aldea y serás universal’ anotó Tolstoi, él
la hizo realidad en sus cuadros, y por todo lo que transmite transitar su mundo
maravilloso, único. Ver una obra suya sensibiliza, deslumbra y obliga a encarar
con nuevas ansias la realización pictórica. Por el valor enorme que posee su
figura, por el grandioso caudal de su pintura, por su vida dedicada de lleno al
arte, es para mí realmente conmovedor hacer uso del espacio que lleva su nombre”.
Zapukay |
La muestra de Cúneo inauguró el 13 de octubre, el mismo día en que
comienza el primer encuentro de escultores en Gualeguay. Siempre me ronda la
pregunta a los hacedores: siendo Gualeguay la capital de la cultura de la
provincia: ¿qué pensás sobre esta distinción?: “Me parece un acto pleno de
justicia. He tenido la suerte de caminar por diversos lugares dentro y fuera de
la provincia con mis dibujos y pinturas; al hacerlo me toca recoger de la gente
el reconocimiento, el respeto, la consideración y la admiración cultural que se
desprende al nombrar a Gualeguay. Es una suerte sentirse parte de ese
prestigio, de cosechar los frutos que grandes creadores han dejado en diversas
manifestaciones de la labor humana, más que nada en lo artístico. No doy
nombres por temor a la injusticia del olvido, los conocemos bastante bien y si
no, están ahí, a la vista, en el excepcional mural que en las paredes de la
Unidad Penal nos convoca a no olvidarlos, y a saber quiénes son los dueños de
esa distinción. Entiendo que debemos ser nosotros los portadores y custodios de
ese estandarte que nos da orgullo y nos identifica”.
Los tobianos |
De momento el artista plástico está alejado de la enseñanza, no está
dando talleres de pintura. Hoy elige sus tiempos y prioridades este maestro de
escuela rural que supo andar de guardapolvo blanco en las islas.
Siempre recuerdo una parte de una entrevista hecha al escritor Juan José
Manauta. En ella, el Chacho se preguntaba y le preguntaba a su entrevistador
cuál era la razón para que de esta ciudad hayan salido la cantidad de hacedores
de arte que construyeron la historia grande de su cultura. Y recuerdo que la
primera vez que hablé con Vicente, le hice la misma pregunta. ¿Sabía acaso cuál
era la razón misteriosa para tanto poeta, plástico, músico, etc.? Fue cuando
este señor se tomó un momento para pensar y me confió algo que repito –desde ya
que citando la fuente- cada vez que alguien plantea el interrogante. Me dijo
Vicente: “Por suerte en Entre Ríos tenemos a cada metro, cuando no es un
arroyito, una laguna, un estero, el río, y entonces tenemos el cielo doble,
cómo no vamos a ser inspirados para el arte”. Porque es un buen tipo, lo hizo
extensivo a toda la provincia, al final de cuentas, la cuna de su aldea.
Vicente Cúneo, entonces, desde el 13 de octubre por primera vez en el
Quirós.
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